(Discurso completo hasta el final del capítulo, la escena del baile.)
“John Watson. Mi amigo, John Watson. Cuando John sacó el tema de
ser el padrino me quedé pasmado. Confieso que no me di cuenta de que me lo
estaba pidiendo y cuando lo entendí le expresé mi halago y mi… sorpresa. Le
dije que jamás me lo habría esperado y que la idea me intimidaba un poco. Le
prometí que me esforzaría en llevar a cabo una tarea que para mí resultaba más
dura y exigente que ninguna a la que me hubiera enfrentado, también le di las
gracias por la confianza depositada en mí y le indiqué que, en cierto modo,
casi me hacía ilusión. Y caí en la cuenta de que no había dicho nada de esto en
voz alta.
Me temo
John que no puedo felicitarte; Todos los sentimientos y en especial el amor se
oponen a la razón pura y fría que yo antepongo a lo demás.
Una boda,
en mi racional opinión, no es más que
una celebración de todo lo falso, lo falaz, e irracional y lo sentimental de
este mundo achacoso y de moral relajada. Hoy rendimos homenaje al verdugo de
nuestra sociedad y con el tiempo de toda nuestra especie.
Pero
bueno… Hablemos de John. Si me cargo con un ayudante durante mis aventuras no
es por cariño o por capricho, es porque tiene muchas buenas cualidades que ha
pasado por alto en su obsesión hacia mí. En efecto, la fama que tengo por mi
agudeza intelectual y perspicacia surge sin duda del extraordinario contraste
que John, tan desinteresadamente, me proporciona. Está demostrado, creo, que
las novias hacen destacar a las damas de honor más corrientes en su gran día,
creo que aquí hay cierta analogía. Y el contraste es la forma que tiene Dios de
resaltar la belleza de su creación, o lo sería si Dios no fuese una fantasía
absurda creada para proporcionar una salida profesional al tonto de la familia.
Lo que intento decir es que soy el imbécil más desagradable, grosero, ignorante e insoportable que se
puede tener la desgracia de conocer; Desprecio lo elevado, ignoro la belleza y
soy ciego ante la cara de la felicidad. Si no entendí que me estaban pidiendo
que fuera el padrino es porque jamás pensé que pudiera ser el mejor amigo de
nadie. Y menos el mejor amigo del ser humano más valiente, amable y sensato que
he tenido la suerte de conocer.
John,
soy un hombre ridículo, redimido por la calidez y constancia de tu amistad.
Pero como al parecer soy tu mejor amigo no puedo felicitarte por tu elección de
compañera… En realidad si puedo. Mary, cuando digo que te mereces a este
hombre, es el mayor cumplido que se me ocurre.
John
has soportado la guerra, las heridas y las perdidas. Te acompaño en el
sentimiento una vez más por esto. Hoy te sientas entre la mujer a la que has
convertido en tu esposa y al hombre que has salvado; resumiendo, las dos
personas que más te quieren en el mundo. Y sé que hablo también por Mary cuando
digo que nunca te defraudaremos y que tenemos toda una vida para demostrarlo.
Ah, sí,
ahora algunas anécdotas de John. ¿Qué ocurre, qué pasa, por qué hacen eso? ¿John?
¿Lo he
hecho mal?
Si no
he terminado. (Aplausos)
Y ahora
unas anécdotas gracias de John. Si pudieran alegrar la cara eso estaría mejor.
Para reírse un poco solo
hace falta echar un vistazo al blog de John. Los apuntes de nuestra época
juntos, aunque él tiende a idealizar las cosas, pero es que es… Un romántico.
Hemos tenido casos
bastante raros: El cliente hueco, el gigante del veneno, y casos frustrantes.
Casos conmovedores, y por supuesto tengo que mencionar el más gordo. Pero para
este día especial queremos algo más concreto, ¿A que sí? El guardia real
ensangrentado.
El soldado Bainbridge
acababa de terminar su guardia, había estado horas de pie con gente mirándolo
sin que hubiera pasado nada, lo relevaron y a los pocos minutos estaba casi
muerto, de una herida en el estómago, pero no había arma. ¿Dónde estaba? Señoras
y señores, les invito a considerarlo, un asesino capaz de atravesar paredes, un
arma capaz de desaparecer. Pero en todo esto solo hay un elemento realmente
destacable, ¿Alguien lo adivina? Venga, hay un turno de preguntas relacionadas
con este asunto.
Scotland Yard, ¿Alguna
teoría? Sí, tú eres investigador a grandes rasgos, ¿Alguna teoría?
(…)
Brillante.
-¿Sí?
No. Siguiente.
(…)
Hola, ¿Quién ha sido? ¿Alguna teoría?
(…)
¿Un puñal de carne? No.
Había un, había un único elemento de interés en este desconcertante caso y,
francamente, era el de siempre: John Watson, quien mientras yo intentaba resolver
un asesinato, salvó una vida. Hay misterios que merece la pena resolver e historias que merece la pena
contar. El mejor hombre y el más valiente que conozco, y encima sabe hacer de
todo. Menos organizar bodas y doblar servilletas.
El caso sigue siendo el
más ingenioso e impecablemente planificado asesinato, o intento, que he tenido el
placer de conocer. El misterio de puerta cerrada más perfecto que conozco, sin
embargo no he venido solo a elogiar a John, también estoy aquí para
avergonzarlo.
(…)
¿Cómo hicieron qué?
(…)
Me temo que no lo sé, ese
no lo resolví. A veces pasa, es muy decepcionante.
El bochorno me lleva a la despedida
de soltero, por supuesto aquí hay horas de material, pero lo he reducido a lo
mejor.
Casado. Es evidente.
Nuestro hombre efímero intentaba escapar de las agobiantes cadenas del hogar y
en lugar noches interminables frente al televisor o de barbacoas con gente
aburrida a la que no soportaba, utilizó su ingenio, su inteligencia y su arte
para el camuflaje para ir… de flor en flor. Era…
Pensándolo bien, tendría
que haberles hablado del caso más gordo. Sin embargo me sirve para seguir
ilustrando lo imprescindible que es John para mí. Puedo interpretar un
escenario de un crimen igual que él puede entender a un ser humano, antes
pensaba que era lo que me hacía especial, y lo sigo pensando. Pero un consejo
les doy, si precisan de los servicios de cualquiera de los dos, yo resolveré su
asesinato, pero para salvarles la vida hace falta John Watson, háganme caso, si
lo sabré yo que me la ha salvado tantas veces y en tantos sentidos. Este blog
es la historia de dos hombres y sus, francamente, ridículas aventuras, de asesinato,
misterio y caos. Pero a partir de ahora, hay una nueva historia, una aventura
mayor.
Señoras y señores, llenen
sus copas y pónganse en pie. Hoy comienzan las nuevas aventuras de Mary
Elizabeth Watson y John Heimish Watson, las dos razones por las que cualquiera
de nosotros…
-Cae su copa-
¿Por dónde íbamos? Ah, sí.
Copas levantadas y en pie.
Vuelvan a sentarse.
Dicen que no hay que
exprimir un buen discurso, vete pronto y déjalos riendo. Un buen consejo que
intentaré tener en cuenta, pero ahora… Segunda parte. La segunda tiene más
acción. Voy a pasearme por aquí para darle un poquito de emoción. ¿Quién iría a
una vida? Esa es la pregunta. ¿Quién se molestaría tanto para conseguir ir a
una boda? Pues todos, la bodas son estupendas.
John también lo es, no he
dicho casi nada, apenas he pasado de la superficie. Podría seguir toda la noche
con lo profundo y complejo de sus jerseys. Y sabe cocinar, hace un plato con
guisantes. Quizá no fueran guisantes, quizá no fuera él. Pero canta de
maravilla, o alguien canta… Demasiados, demasiados, ¡Demasiados!
Lo siento, demasiados
chistes sobre John.
A ver, ¿Por dónde iba? Ah,
sí. El discurso, ¡El discurso!
Hablemos de… Asesinato. Perdón,
¿He dicho asesinato?, quería decir matrimonio. Pero son procesos similares pensándolo
bien, los implicados suelen conocerse y se acaba cuando uno muere. Aunque el
asesinato es más rápido.
¡Janine! ¿Qué tal este? ¿Es
guapo? Y más importante, su novia lleva ropa interior nueva y no se ha molestado
en quitarle este hilo de la chaqueta ni en decirle que tiene una mancha en la
nuca. Hoy se va a ir a casa solo.
Es un friki de los tebeos,
y de la ciencia ficción, son muy trabajadores le echan horas, hehe, Jeff al
servicio. Al lavabo, vamos.
(…)
Al lavabo por favor,
(…)
No lo sé, porque a lo
mejor te to-ca.
Ah, señoras y señores, no
puedo pasar la oportunidad de hablar del camafeo del Vaticano.
¡No! ¡No! ¡Tú no! ¡Tú no!
Tú.
Siempre eres tú. John
Watson tú me iluminas.
Siempre lo has hecho, no
resuelves el crimen, salvas la vida. Lo siento, me he desviado un pelín, ¡Fium!
He vuelto. Vamos a jugar, juguemos al asesinato.
Imaginen que van a
asesinar a alguien en una boda. ¿A quién elegirían?
(…)
Si alguien pudiera
quitarle la copa a la señora Hudson se lo agradecería. Y más importante, ¿A
quién se podría matar sólo en una boda? A la mayoría se la puede matar casi en
cualquier sitio, como ejercicio mental he planeado el asesinato de amigos y
compañeros, a John lo envenenaría, come cualquier cosa sería fácil. Le he dado
sustancias químicas y ni se ha enterado, una vez se le pasó un miércoles
entero, ni se dio cuenta. Lestrade es tan fácil que es un milagro que nadie
haya caído en la tentación, tengo llaves de la casa de mi hermano podría entrar
y estrangularlo si me… diera por ahí.
Una vez más, ¿A quién se
podría matar solo aquí? Es una ocasión inusual, luego es alguien que no sale
mucho. Alguien para el que una reunión social conocida con meses de antelación
es una excepción. Tiene que ser una oportunidad única, y dado que matar a
alguien en público es difícil matarlo en privado no es alternativa. Es alguien
que vive en un lugar inaccesible o desconocido. Alguien reservado, obsesionado
con la seguridad personal, seguramente alguien amenazado.
¿Un solitario? Poco
personal doméstico, renueva mucho la plantilla para mayor seguridad,
seguramente firmaron acuerdos de confidencialidad. Queda otra pregunta en el aire,
una relevante, una importante, ¿cómo hacerlo, como matar alguien en público? Tiene
que haber una forma, ha sido planificado.
(…)
Hola otra vez Archie, ¿Cuál
es tu teoría? Si aciertas te doy una monja sin cabeza.
(…)
¿Quién, por qué, cuándo y
dónde?
(…)
No solo planificado,
también ensayado. Señores vamos a hacer un breve descanso, ¡Por los novios!
Señoras y señores, un
último detalle antes de que empiece la noche como es debido, disculpen por lo
de antes surgió un problemilla y había que solucionarlo.
Y lo que es más importante
hay dos personas que han hecho promesas, yo no he hecho una promesa en mi vida
y no creo que nunca vuelva a hacerla, así que aquí, delante de ustedes, va mi primera
y última promesa:
Mary y John, sea como sea,
pase lo que pase, a partir de hora prometo que siempre os apoyaré. Siempre. A
los tres, eh, perdón digo… a los dos, a todos, a los dos, quiero decir, he
contado mal, en fin, todos a bailar. Ponga la música, por favor, gracias.
Venga todos a bailar, no
sean tímidos, bailen por favor. Lo siento, he hecho una deducción de más,
aumento del apetito, cambio de gusto, esta mañana estabas mareada, supusiste
que eran los nervios de la boda, te enfadaste conmigo cuando te lo mencioné.
Tienes los síntomas.
Los síntomas de ser tres.
Mary, deberías hacerte un
test de embarazo.
(¿Cómo? *Risa nerviosa*)
Las estadísticas del
primer trimestre demuestran que..
(Cállate. No digas más.)
Perdón
(Cómo se ha dado cuenta
antes que yo, soy médico)
Es tu día libre.
(Es el tuyo.)
Que no cunda el pánico.
(Qué pánico.
Estoy embarazada y
aterrada.)
Que no. No temáis, no hay
ningún motivo.
(Y tú qué sabes)
Pues lo sé, ya sois los
mejores padres del mundo, mirad lo que habéis practicado. Ya no me vais a
necesitar ahora que viene un crío de verdad.
(…)
Bailad.